El viaje hacia el Sector Beta fue silencioso y sombrío. El cielo, normalmente grisáceo, estaba teñido de un rojo ominoso, reflejando el fuego de las ciudades en ruinas. Volábamos en la nave más rápida de Bulma, un prototipo elegante pero funcional, diseñado para la velocidad y la maniobrabilidad. Trunks, sentado a mi lado, miraba por la ventana, su rostro serio.
"¿Estás listo, Trunks?", pregunté, mi voz tranquila pero cargada de tensión.
"Listo como nunca lo he estado, Gohan", respondió, sin apartar la vista del paisaje desolado. "Diez años. Diez años de esto. Es hora de que termine."
"Terminará hoy", afirmé, sintiendo el poder de la Forma Mística del Super Saiyajin pulsando dentro de mí. "Pero no será fácil. Necesitamos un plan detallado. No podemos permitirnos errores. No hay Semillas Senzu. No hay segundas oportunidades."
Abrí el mapa holográfico en la cabina. El Sector Beta era una zona industrial devastada, un laberinto de fábricas en ruinas y maquinaria retorcida. Un terreno perfecto para una emboscada, pero también para que los Androides nos superaran en número.
"El plan es simple, pero arriesgado", dije, señalando varios puntos en el mapa. "Trunks, tú serás el señuelo principal. Te moverás rápido, utilizando tu Aura Mística para ocultarte y atacar desde diferentes ángulos. Los mantendrás ocupados, frustrados. Los obligarás a gastar energía persiguiéndote."
Trunks asintió. "Entendido. Usaré mi velocidad y mi sigilo al máximo. Los sacaré de quicio."
"Exacto. Yo, mientras tanto, buscaré la oportunidad perfecta. No atacaré directamente. Observaré. Analizaré. Esperaré el momento en que estén más vulnerables. Y cuando ese momento llegue... utilizaré la fuerza concentrada de mi Forma Mística para un golpe definitivo. Un golpe que no puedan resistir."
"¿Y cuál será ese golpe, Gohan?", preguntó Trunks, su voz llena de expectación.
"Aún no lo sé con certeza", respondí, mirando fijamente el mapa. "Pero lo encontraré. Siento que mi poder, mi Forma Mística del Super Saiyajin, tiene un potencial sin explotar. Hay una técnica, un método, una forma de canalizar mi energía que aún no he dominado por completo. Y lo encontraré cuando más lo necesite."
"¿Y si no funciona?", preguntó Trunks, la preocupación asomando en su voz.
"Funcionará", dije, mi voz llena de una confianza que no era arrogancia, sino una certeza nacida de años de lucha y entrenamiento. "Tiene que funcionar. No hay otra opción. Este es el final del camino, Trunks. Y no vamos a retroceder."
El silencio volvió a caer sobre la cabina, pero ya no era un silencio de desesperación, sino un silencio cargado de propósito. Volábamos hacia el Sector Beta, hacia la batalla final, hacia el futuro que íbamos a forjar con nuestras propias manos. El destino de este mundo estaba en juego. Y estábamos listos.